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Los sesgos cognitivos son como las corrientes ocultas que subyacen bajo la superficie aparentemente tranquila de nuestro pensamiento. Son las desviaciones del camino lógico que nuestra mente toma al procesar información y tomar decisiones. Aunque nos gustaría creer que pensamos de manera objetiva y racional, la realidad es que nuestros procesos mentales están plagados de sesgos, atajos mentales que nos llevan a conclusiones que pueden desviarse de la lógica pura.

Estos sesgos son como los filtros a través de los cuales vemos el mundo, influenciando la forma en que interpretamos la información, recordamos eventos pasados y tomamos decisiones en el presente. A menudo, ni siquiera somos conscientes de su presencia, lo que hace que sean aún más insidiosos en su efecto.

Imagina la mente humana como un mapa complejo, lleno de senderos que llevan a diferentes destinos. Los sesgos cognitivos son como senderos que, aunque parecen llevarnos hacia una conclusión lógica, en realidad nos desvían sutilmente hacia una dirección diferente, a menudo dejándonos sin saberlo en un lugar de confusión o error.

Tipos de sesgos

  • Apofenia: Es la tendencia a percibir conexiones entre cosas no relacionadas. Por ejemplo, ver patrones o significados en datos aleatorios.

  • Cascada de disponibilidad: Es un proceso en el que una creencia colectiva gana credibilidad a través de su repetición constante en el discurso público.

  • Efecto abestrus: Las personas tienden a evitar información potencialmente negativa pero útil simplemente para evitar la incomodidad psicológica.

  • Efecto bandwagon: Es la tendencia a hacer algo porque muchas otras personas lo hacen, ya sea por conformismo o falta de información.

  • Efecto de anclaje: Es la tendencia a depender demasiado de la primera información adquirida al tomar decisiones.

  • Efecto de licencia moral: Ocurre cuando alguien que hace algo bueno se permite comportarse de manera menos buena en el futuro.

  • Efecto de mera exposición: Las personas tienden a desarrollar gusto o disgusto por las cosas simplemente porque son familiares con ellas.

  • Efecto de posición serial: Se refiere a la tendencia de recordar mejor los primeros y últimos elementos de una lista en comparación con los intermedios.

  • Efecto de resencia: Otorga una mayor importancia al evento más reciente.

  • Efecto de sobreconfianza: Es la tendencia a tener una confianza excesiva en las propias respuestas a preguntas.

  • Efecto de verdad ilusoria: Es la tendencia de las personas a considerar como verdaderas afirmaciones que han escuchado previamente, incluso si no pueden recordar haberlas escuchado.

  • Efecto del siguiente en la fila: Se refiere a la tendencia en la que, al hablar por turnos en un grupo, las personas tienen una memoria disminuida para las palabras de la persona que habló inmediatamente antes que ellas.

  • Efecto Halo: Es la tendencia de que las características positivas o negativas de una persona se extiendan de una área de su personalidad a otra según la percepción que otros tienen de ella.

  • Efecto Pigmalión: Es cuando las expectativas que otras personas tienen sobre alguien afectan el comportamiento de esa persona de manera que esas expectativas se cumplen, convirtiéndose en una profecía autocumplida.

  • Fenómeno Baader-Meinhof: Ocurre cuando algo que recientemente ha llamado tu atención parece aparecer con mucha frecuencia poco después en realidad antes de que prestárselo.

  • Prejuicio de punto ciego: Es la tendencia a pensar que uno mismo está menos afectado por sesgos cognitivos en comparación con los demás.

  • Prejuicio de retrospectiva: Es la tendencia común de las personas a percibir eventos pasados como más predecibles de lo que realmente fueron.

  • Regla del pico y final: Se refiere a la tendencia de las personas a percibir no la suma de una experiencia sino el promedio de cómo fue en su punto máximo y cómo terminó.

  • Sesgo actor-observador: Es cuando tendemos a pensar que el comportamiento de otras personas se debe más a su personalidad y menos a su situación, pero cuando se trata de nuestro propio comportamiento, pensamos que está más influenciado por la situación y menos por nuestra personalidad.

  • Sesgo de atribución: Es la tendencia a atribuirse más responsabilidad por los éxitos que por los fracasos.

  • Sesgo de confirmación: Es la tendencia a buscar, interpretar, centrarse y recordar información de una manera que confirme las preconcepciones de una persona.

  • Sesgo de dificultad-facilidad: Es la tendencia a sobreestimar la capacidad para realizar tareas difíciles y subestimar la capacidad para realizar tareas fáciles.

  • Sesgo de grupo interno: Es la tendencia de las personas a dar un trato preferencial a quienes perciben como miembros de sus propios grupos.

  • Sesgo de información: Es una tendencia cognitiva a buscar información cuando no afecta a la acción.

  • Sesgo de omisión: Es la tendencia a considerar que las acciones perjudiciales son peores o menos morales que las inacciones igualmente perjudiciales.

  • Sesgo de proporcionalidad: Es nuestra tendencia innata a asumir que eventos grandes tienen causas grandes, lo cual también puede explicar nuestra propensión a aceptar teorías conspirativas.

  • Sesgo de resultado: Es la tendencia a juzgar una decisión por su resultado final en lugar de la calidad de la decisión en el momento en que se tomó.

  • Sesgo de selección: Es la tendencia introducida por la elección de individuos, grupos o datos para el análisis de tal manera que no se logra una aleatorización adecuada, lo que resulta en que la muestra obtenida no sea representativa de la población que se pretendía analizar.

  • Sesgo de unidad: Es la tendencia a consumir la cantidad estándar sugerida como el tamaño de las porciones de comida que se percibe como apropiado.

Es crucial reconocer la existencia de estos sesgos y estar alerta a su influencia en nuestras vidas. Al comprender mejor cómo funcionan, podemos tomar medidas para mitigar su impacto y tomar decisiones más informadas y objetivas.

La psicología detrás de los sesgos cognitivos es compleja y multifacética, pero al profundizar en su estudio, podemos mejorar nuestra capacidad para pensar de manera crítica, comunicarnos de manera efectiva y vivir de manera más consciente.

En última instancia, al reconocer y enfrentar nuestros propios sesgos, podemos trabajar hacia un mundo donde la verdad y la objetividad sean valores fundamentales, y donde nuestras acciones estén fundamentadas en una comprensión más profunda de nosotros mismos y del mundo que nos rodea.